Historia



Así comenzó...
 
La necesidad de los pañales para bebés es tan antigua como la historia misma de
la humanidad. Existen documentos referidos a la ropa utilizada por los bebés en
tiempos antiguos,  los que dan cuenta del uso de hojas de árboles y plantas,
pieles de animales y elementos naturales de variado tipo, que fueron
utilizados como pañales en épocas ancestrales.  Los egipcios, los aztecas 
los romanos y muchos otros pueblos de la antigüedad mencionan su uso.  
El pañal es uno de los primeros objetos que distinguió al hombre de los animales.
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Los problemas de irritaciones en la piel de los bebés nos han acompañado
 por muchos siglos, aunque tenemos poca memoria para recordar lo
graves que llegaron a ser en el pasado reciente. En los tiempos de la
reina Isabel I de Inglaterra (Siglo XVI) se protegía a los bebés con un
pañal fresco durante varios días. En la época de los pioneros del oeste
norteamericano (Siglos XVII y XVIII), los pañales mojados rara vez eran
lavados; sólo se dejaban secar cerca del fuego para volver a ser utilizados.
En los climas más tropicales, los niños correteaban desnudos. Los Innuits
-esquimales de Alaska- usaban pieles de foca rellenas de musgo para envolver
con ellas a sus bebés. Los nativos norteamericanos usaron pieles de conejo
rellenas de pasto, al igual que los Incas. 


Una de las primeras opciones para reducir el problema de la protección
de los bebés  se produjo cuando la ciencia aportó mayores conocimientos
acerca de las bacterias, los virus y los hongos, y se comprendió cómo
eliminarlos, o al menos, cómo controlarlos. 


En los inicios del siglo XX, muchas mamás empezaron a usar agua hervida,
con el objeto de atenuar las irritaciones en la delicada piel del bebé. 
El típico pañal usado en los años ‘40 era una tela rectangular gruesa de algodón,
que se doblaba de una manera muy particular y complicada, y que era un quebradero
de cabeza para los papás aficionados al apoyo de las labores domésticas.


A mediados de la década de los ‘40, el primer pañal desechable para bebé fue
lanzado al mercado en Suecia, como respuesta a la escasez de algodón motivada
por la segunda guerra mundial; el material base para su fabricación fue una hoja
de celulosa. En la misma época, en Estados Unidos se inventaron cubiertas exteriores
plásticas que servían para evitar el escurrimiento de los líquidos en el pañal convencional
de tela. 


En los años ‘50, el pañal desechable era un artículo de lujo y se usaba sólo en ocasiones
 especiales, tales como viajes de vacaciones o en las visitas del bebé al doctor.


El primer pañal desechable fue fabricado utilizando un diseño rectangular muy sencillo. 
El núcleo absorbente era hecho de algunas capas de papel tissue (de 15 a 25 capas);
en el exterior se utilizaba una película plástica y las cintas de ajuste no eran
suministradas con el producto. La capacidad total de absorbencia de estos
pañales era muy reducida, lo que limitaba su uso a una sola “descarga”.
Su disponibilidad, sin embargo, facilitó enormemente la labor de las mamás,
por lo que fue considerado como uno de los grandes inventos de la humanidad. 


Durante los años ‘50 el pañal desechable no sufrió mayores cambios. Su costo
era alto y su distribución estaba limitada a muy pocos países; además, su
diseño presentaba defectos que impedían la total solución del problema de
fugas de líquidos, aspecto que no satisfacía adecuadamente las necesidades de
protección del bebé.


En los años ’60, sin embargo, el pañal desechable se desarrolló rápidamente,
en la medida en que la industria hizo suyas las necesidades de las mamás, e
invirtió fuertemente en desarrollo y patentes de invención.  El pañal "Pampers",
de Procter and Gamble, fue introducido al mercado americano en la primavera
de 1961 y tuvo un éxito moderado; su principal debilidad radicaba en que
no incluía cintas adhesivas incorporadas, lo que obligaba a tener cintas a la mano
cuando se cambiaba el pañal. En lugar de papel tissue, fue introducida una capa
de fibras de celulosa, que mejoraba sustancialmente la capacidad de absorción
del pañal y disminuía la frecuencia de cambio. Con el desarrollo de mejores telas
no tejidas y de cubiertas más suaves, el pañal entró en un proceso de positiva
evolución.
 
En los años '70 se produjo la máxima explosión para la industria del pañal
desechable en los países desarrollados e, incluso, en otros lugares de
menor desarrollo. Con la entrada al mercado de Kimberly Clark y
Johnson & Johnson, que se sumaron a la presencia de Procter & Gamble,
la competencia mundial de pañales entró en una fuerte dinámica, generándose
una reducción en los precios al consumidor. Al inicio de la década,
Johnson & Johnson introdujo los primeros pañales con cintas adhesivas
incorporadas.
Estas y otras innovaciones determinaron que la demanda mundial fuese
muy alta, fenómeno que excedió la capacidad de producción durante
algunos años. La expansión del mercado de pañales tuvo un crecimiento
muy rápido en los Estados Unidos, Europa y Japón. En Latinoamérica,
muchos países también experimentaron este crecimiento, incluyendo
a México, Argentina y Chile.  Una de las innovaciones más importantes
fue el perfeccionamiento del doblado del pañal, creándose el concepto
de "doblado en Z" -también llamado "predoblado"- que permitía un mejor
ajuste en el cuerpo del bebé y una mayor comodidad para éste.


En los años ‘80, el pañal tuvo cambios de diseño muy significativos.
En ese período, diversos fabricantes de maquinaria de producción
desarrollaron tecnologías de alta eficiencia y libres de patentes, lo que
permitió a muchas empresas ingresar al mercado; ello redundó en rebajas
de precios al consumidor, mayor competencia en innovaciones y,
como consecuencia, en la masificación de este producto.


Se empezaron a utilizar intensivamente elásticos que mejoraron el ajuste
del pañal. Los elásticos fueron usados en las piernas y también en la cintura.
La forma del pañal también cambió para un mejor ajuste: de una vieja
"forma rectangular" a una "forma de reloj de arena", más moderna, que
permitía un mejor ajuste a la anatomía del bebé (de allí el apelativo de
“pañales anatómicos”). Este formato es el que se sigue utilizando en la
 mayoría de los pañales desechables.


La cinta frontal fue un importante avance, y fue desarrollada primero en Europa.
Ella le permitía a la mamá abrir la cinta lateral  y adherirla al pañal cuantas
veces se necesitara, sin romper el plástico, además de permitirle abrir el
pañal para verificar la necesidad de cambiarlo.


El Súperabsorbente (SAP)  fue introducido primero al pañal, siguiéndole
en su uso la toalla sanitaria. Con la incorporación del SAP nació una
nueva generación de pañales, cuyo alto desempeño los destacó
en relación a los pañales anteriores:  estos pañales eran más
absorbentes y secos y, además, bastante más cómodos y delgados.


 En los años '90, muchas nuevas características se agregaron al pañal
   desechable:


• Barreras antiescurrimiento en las piernas fueron fabricadas de tela
no tejida, ayudando a reducir aún más los escurrimientos en las
piernas de los bebés, gracias a una mayor resistencia al paso de líquidos.


• Las cintas mecánicas fueron lanzadas al mercado en forma de Velcro (m.r)  
u otros tipos similares. Las cintas elásticas también se desarrollaron para
 mejorar el ajuste del pañal al bebé.


• Se aplicaron elásticos en la cintura, que mejoraron aún más el ajuste
del pañal al cuerpo del bebé.


• También se incorporaron lociones y cremas -como el Aloe Vera-,
protectores contra gérmenes, acondicionadores de la piel, indicadores
de humedad, etc.


La clara tendencia para el futuro de esta industria será lograr un pañal
más compacto, más cómodo para el bebé y amigable con la
ecología (auténticamente biodegradable). Adicionalmente, se harán
productos más económicos, enfocados a aquellas áreas del mundo que
aún tienen un bajo consumo de pañales desechables, como, por ejemplo,
China, India y África. 


En Chile, la compañía, a través de su filial CMPC Tissue, produce pañales
desechables desde hace dos décadas, con la más alta tecnología, bajo
diseños de producción basados en las normas de protección del medio
ambiente. Empresas CMPC ha triplicado su producción de pañales a través
de las plantas de Protisa, en Perú, y Zárate, en Argentina -considerada la más
moderna de Sudamérica.


Info consultada de http://papelnet.cl/